Desde que apareció el hombre por primera vez en la tierra, desde la época de Adán [1], el Creador designaría a la persona que fuera la más religiosa dentro de una sociedad particular como Profeta durante la época en la que esta persona viviera, con el propósito de guiar a la humanidad hacia la verdad y con el objetivo final de alcanzarla. Él enviaría un nuevo Profeta cada vez que la humanidad cayera en un desastre moral y en una vida sin objetivo, y después de que el mensaje llevado por un Profeta anterior estuviera ya corrompido y seriamente adulterado.
Todos los Profetas cumplieron su misión llevando el mismo mensaje a todas las naciones. Un mensaje simple y directo que era la condición para obtener la salvación: creer en un solo Dios (el Creador) y unificarlo en la adoración. Cada Profeta representaba el camino para que sus seguidores en su epoca llegaran a la salvación, y esta se lograba siguiendo sus enseñanzas: adorar a Dios como lo hacía el Profeta, no adorar al Profeta ni a ningún otro intermediario (ídolo, santo, sacerdote, etc.). Ya que es el derecho del Creador, de solo Él, de ser adorado; y es el derecho del ser humano a tener conexión directa con su Creador. Este es el mensaje del Islam que comenzó con el Profeta Adán y se completó con el Profeta Muhammad.
Es un gran error introducir el significado del Islam con el solo hecho de que es una doctrina en la que únicamente se cree en un solo Dios, y simplemente dejarlo así. Su concepto debe explicarse con mayor profundidad. El significado literal de la palabra Islam es, sí, creer en un solo Dios, pero como doctrina, establece además la conexion directa que sus creyentes tienen con Él. Al mismo tiempo declara que este Dios es el Creador, que Nada es como Él. Dios no viene a la tierra adoptando forma alguna, ni la de un ser animado ni la de uno inanimado, puesto que no posee una imagen que pueda ser reconocida por los humanos. Si la humanidad quisiera imaginar su forma, tendría que relacionarla con algo que esta más allá de la percepción de sus sentidos.
La conexión directa de los musulmanes con Dios, un Dios que existe y que es reconocido en muchas religiones, se manifiesta cada vez que al pecar se arrepienten ante Él; cuando tienen un problema y le piden que lo resuelva; cuando se sienten bendecidos y le agradecen. Todo sin intermediario alguno.
Desde
la antigüedad, aún los no musulmanes tenían fé en el Creador. Como era el caso
de los Quraish (la tribu del profeta Muhammad). Ellos creían en un Dios, pero
también adoraban ídolos pues tenian la creencia de que sus ídolos los acercaban
a Dios. Entonces, su problema no era con el Tawheed Al Rububeyya (que significa
confirmar que Dios es Uno y Único). Su problema era que no practicaban el
Tawheed Al Ebada,( es decir tener una
conexión directa con el Creador).[2]
[1] (Adimanav, Aadim en Sánscrito) primer hombre creado por Dios.
[2] Tawheed Al Rububeyya y Tawheed Al Ebada son términos islámicos en árabe.