El Profeta Muhammad ordenó a sus compañeros que fueran amables con sus prisioneros y que los pusieran delante de sí mismos cuando se trataba de comida.[1]Dios nos dice que demos comida, a pesar de nuestra necesidad (por el amor de Él), a los pobres, a los huérfanos y al cautivo.
“Y proveen de comida –sin importar cuan necesitados estén de ella — al necesitado, al huérfano y al cautivo, [diciendo, en sus corazones:] “¡Os damos de comer sólo por amor a Dios: no queremos de vosotros recompensa ni gratitud.””(Corán 76:8-9)
El Islam les ordena a los musulmanes que muestren misericordia a los combatientes que se rinden.
“Y si uno de los politeístas te pide asilo, ofréceselo hasta que oiga la palabra de Dios y luego hazle llegar a un lugar seguro para él. Eso es porque son un pueblo que no sabe.” (Corán 9: 6)
El Profeta Muhammad prohibió el asesinato de mujeres y niños.[2]
Los ciegos, los enfermos y los monjes no deben ser asesinados según los
eruditos legales islámicos, ya que no son de entre los combatientes, al igual
que los ancianos.[3]
[1][Tafsir ibn Kathir: Al-Insan].
[2]Sahih Muslim.
[3] Imam Malik’s Muwatta.